Me he reído tanto, Fran y Miguel Ángel, con vuestros mensajes… pese a que llevo más de 15 días de la cama al living como decía Charly García, durmiendo -es una manera de decir- en el sofá más que en la cama, y con unos dolores de caderas y espalda que me tienen caminando por las paredes.
No sé cómo resolver el tema. No me imaginé que el mercado del descanso tenía tantos secretos.
Comprar otro colchón y acumular productos que empeoran mi descanso ya compré 1 y un topper: sale dinero y entran problemas o tomarle cariño al sofá…
Creo que debe regularse este sector.
La viscoelástica está producida con poliuretano y tratada en la mayoría de los casos con compuestos orgánicos volátiles como el formaldehído o el benceno, perjudiciales para la salud. Cuando vamos a adquirir un producto no nos informan sobre TODOS los materiales y compuestos que intervienen, ni cómo afectan nuestra salud ni al medio ambiente en su proceso productivo. A esto llegué tratando de entender el olor con el que llegó el topper de viscoelástica y los dolores de cabeza y picores que tuve después de acostarme poco más de media hora.
Además, están permitidos.
Los colchones de algodón o látex orgánicos, y certificados, tienen precios que son prohibitivos para algunos bolsillos. Y estamos hablando de salud.
Me cuesta creer que si tenemos poder adquisitivo accedemos a dentista, agua potable o colchones saludables, y sino nos jorobamos.
Gracias por compartir vuestras experiencias